sábado, 2 de abril de 2011


Es enero en Abril, quizá ya esté por el quinto día sin calendario y brújula.
Vivo cada mar como un océano, no tengo aspiraciones a un eterno vuelo
ni sé de las voces del cielo.
Algún día tuve un nombre parecido al bosque, y eso, para comenzar,
es inadecuado.
No he criado pájaros ni me creí madre, pero sí, he abrazado al fuego
he visto lo invisible y he tenido confianza en el ruedo de las comisuras.
No debería creer en las imágenes que me persiguen en sueños, despierta he tenido calor
de espejo.
Cada forma es un molde, cada encuentro una vibración. En Abril hace frío.
Y en el cuarto la luz está apagada, porque es el día. De la noche.