miércoles, 30 de julio de 2008



Salta por la ventana! Valiente, valiente!



Lo que te voy a contar fue real.
Me perseguía una voz, o en realidad yo la perseguía,
me quería conducir a uno de los estados de putrefacción benefactora
o a uno de esos, en que dan ganas de correr desnudo.
Sí, era como el canto de las sirenas.
abrumante...
La voz no cesaba, y yo seguía por un camino, sin saber hacia donde
iba, era de noche, muy tarde, todo estaba oscuro,
y era una zona de ruta, sí, de ruta abandonada... por donde no hay automóviles
y el aire te roza como cuerpos aglomerados,
el silencio comenzaba a hacer sonidos huecos, y a lo lejos se veían luces,
todo parecía inmenso, todo estaba quieto, y a los costados
sólo descampado, al mirar mis pies en su andar... se veían pequeños,
y me aceleraba, sintiendo algo de pánico, sin saber hacia dónde iba, ni por qué,
sólo caminaba, esperando que la luz no se apagara, y siguiendo a esas voces susurrando
que hacían elípsis marina.
Las luces se apagaron.
Y las voces cesaron,
frente a mí, un enorme letrero que decía:
Bienvenido a Caleidoscopía.



Tan inexorable, catacumbas de azúcar...
Dónde permanece el sepulcro?
Caleidoscópicamente aceptable...
tengo una película de larga duración
(llamése largo-metraje)
y una melodía con platillos y clarinetes.
Un bongo.
sonando en lo largo de una avenida..
Permanecer, hecho artilugio.


tengo la sensación de levitar.
no espero los subtitulados, entiendo tu lenguaje
y su mensaje.



estoesfin.
noloesaún.

martes, 29 de julio de 2008


pero, a veces, duele.

La noche en puntas de pies,

me descarrilaba la incógnita pensativa...

Claro! no es que padezca enfermedades "constantes"

es que cuando muchos signos de interrogación deambulan

no es para menos, pero el insomnio se queda a hacer compañía

por esas cuestiones de no ser el no-complemento.

Qué cielo estaba volando?

Estaba volando?

Guardaba una secuencia de palabras no dichas

que juega como una espina dorsal...

Era de noche, y la vigilia, era punzante.

Más café? no.

Tengo docenas de estimulantes con forma de estrellas

guardo una estrella, por si se apagara la luz,

incandescente...

Era de noche y yo jugaba a ser algo que no era precisamente

lo que NO soy.









talvez, efecto Caleidoscopía...

lunes, 28 de julio de 2008






















¿Podríamos (re)conocernos al apagar la luz?

Tengo la maldita costumbre de morder mis uñas,

como también, mirar el reloj de mi mano izquierda cada tres pasos que doy.

Si tengo el pelo mojado, atarlo.

De batir café instantáneo y comenzar a comer la pasta que se crea con el azúcar y el agua.

tengo la costumbre de apretar los dientes cuando siento nervios, de taparme la nariz con la mano cuando me sorprendo, de sonrojarme cuando me siento observada.

Tengo la manía de los aromas, ya que me remite a recordar ciertas cosas puntuales, por eso suelo perfumar todo de forma diferente, y tengo la percepción de que cada vez que te tengo frente a mí, todo lo anterior se agudiza.

¿Dónde estabas cuando no estabas?

¿Esto es subjetividad abreviada?




No.







Mis rodillas, fueron más fuertes que los
Parches de piel de aquella nariz que te respiró
Hace tiempo atrás balbuceaba, dudaba, encarnaba
Pétalos de miserias.
Era cristalino el reflejo.
Desde la ventana de atrás hasta el vestíbulo
Sentía el más fuerte torbellino de indiferencia.
Dimensiones magnéticas propagaban
En ese esternón, que sostenía tu corazón
Esos latidos me devolvieron la claridad.
Aunque flojamente oscurecen mis deseos.
Colores ilustran a un hombre.
Un hombre vestido de príncipe.
Un ataque. La guerra ya terminó.

martes, 22 de julio de 2008






Un cubo de madera hueco, me somete.
Un hipocampo fértil duerme en la palma de mis manos.
Focos sostenidos por arterias con semblante incandescente
El día se ha quedado a dormir lejos. La noche se esconde tras el día.
Arranco astillas de las paredes, cáscaras de barniz.
Pero, el reposo es absoluto, sobre las plumas de mis alas inmóviles.
No te muevas hipocampo, dejáme que te acaricie con el cuarzo débil.
No me muevas hipocampo, también soy frágil.
No quiero que me saques de mi pecera de aire.
No destruyas mis piernas de parafina, a veces suelo correr.
Y cuando no lo hago, es inercia.
Este cubo de artificio, se está incinerando.
¿Qué hago con mi caballito de mar de vacíos?
Guardo un esternón como arma de doble filo.
Iremos a morir por un rato. La agonía es más pesada que la incertidumbre.
Quietos.
Sobre un río de escamas.
Atardeciendo quietudes.

Hagamos un paréntesis


Andaba con ganas de encontrarte, pero la multitud me imposibilitaba verte.
El sonido punzante de la ciudad me carcomía la existencia…
Andaba con ganas de encontrarte, pero eso era tarea difícil
Los grandes edificios ocultaban historias de ultra fondo, verdades y mitos…
Los edificios, y las duras calles, los automóviles, las personas que me rozaban, el invierno como canción
Lo cierto es que te buscaba en las veredas, en los escondites, en las copas de los árboles
Lo cierto es que ya no hay certezas.
Había tantos temores, tantos alaridos, bocinas, el ruido del paso tras paso
Una frágil melodía, una discusión, el perro que ladra, pero me olvidaba de pensar
Porque como quien busca su tesoro, era preciso sentir tu aroma,
Saber que venías, o que por alguna razón me ibas a tomar del hombro, mientras corrías por detrás de mí.
O por esa casualidad, de que me considero distraída, te chocara en una esquina, y sonriéramos.
O alguien nos presentara, y simuláramos no conocernos.
Me perdí mirando cada mirada, cada gesto, buscando un par de pupilas que creía conocer,
Me perdía, y otra vez la escena de la búsqueda, la ciudad, el pensamiento, y eso.
Lo cierto es que andaba con ganas de encontrarte, hagamos un paréntesis.

miércoles, 16 de julio de 2008

Escalinata

Tentempié crudo, cabeza de freezer, soy
Monigote degollado, aureolas alrededor de la elipse uterina, padezco
Junto de a pares, obsequios sobre mis hombros
Feminidad hastiada símil a corteza de roble…
Podes robarme cada poro, podes jugarme a que soy la última vez
Creo que de tal modo me adormezco sobre azulejos fornicándose
Te ofrezco el préstamo de mis rodillas, te convido cada hebra de mi indesición prematura.
Talvez si pudiera silenciar los cabezales de mi equipo precario de función,
Quizá si lograra extirpar las huellas fluorescentes debajo de la pared,
Comprenderías desde el mensaje sutil, que he construido un mausoleo
con cada palabra que no te dije, y con cada soplo que te respiré…
Es un lugar seguro, con puertas de hierro, y cortinas de azúcar,
Es el sitio donde se mastica la alfombra de rumiantes,
Te invito a violentar mis subsuelos, a manipular las horas.
No hay espera absurda que valga lo que un siglo,
Sabes que te sé, desde el centro hasta la cornisa
Bajemos despacio que sobra tiempo por subir.
Más que un anhelo matinal, las espesas miradas destellaban espejismos.
Moldeando infiernos punzantes, triturando cuerpos con frío.
La caída se hacia eterna, como un viaje en días de tormenta.
La espuma del cielo masticaba un infinito, de puertas abiertas a una mente cerrada y retorcida
Un crepúsculo asfixiado bajo la uña, y la aurora se despedía sin presagios.
Artilugios en exceso y con ellos las mujeres lucen tan bien, como un objeto artificial.
El líquido que derrama la copa, se liquida en dos segundos, partículas sobre mi mano de papel.
Presumo ser astuta bajo livianas veredas, presumo cuando ya no es necesario presumir.
El ropaje de esta piel gastada lleva pocos años de artimañas, en un juego tan eterno, como finito.
Me desvelo, bajo el velo y las veo.
Presumo, es cierto, me gusta hacerlo...
La ignorancia las corroe, me siento inerte, pero más cinética que potencial, es cuestión de energía.
Fantaseo. Padece de un mal, su pie es demasiado blanco, excita mis ganas de caminar con agujas sobre su espalda, pintada con acuarela.
Él se acerca, muerde mis rodillas, palpo su sudor en la piel de las mujeres más bellas, como sirenas.
Si, vuelvo a presumir, quién dijo que no volvería a hacerlo.
A veces se trata de danzar, y contener los cuerpos en el interior, poseerlos, dañarlos, el dolor se vuelve la peor atracción ...
Lycra rota, maquillaje alrededor de un rostro pálido, es cuestión de materia, y fluir.
A lo lejos ella me mira, no sabe fingir...
Me revuelco en el pasto mojado, suelto mis cadenas.
Maldita sea, soy frágil y débil, acomodo mi piel, musa pérdida.
Cristales de sed en tus senos, bienvenida seas, fina como una cala, impura, ya no sentís deseo.
Presumo, me gusta fingir que te admiro, lánguido artificio, te detesto pero te cuido.