sábado, 31 de octubre de 2009


El agua siempre se lleva con sigo las letras, las palabras, las oraciones y los puntos finales. Es tibia y cae como un cementerio de lágrimas.

A veces me someto al baño de inmersión, y puedo quedar largas horas viendo lo cristalino que se posa frente a mí como una cortina de cristales, o quizá me quedo minutos bajo el agua, la espuma y las impurezas. Abro los ojos de vez en cuando y no respiro. Puedo ver. Eso es cruel. Pero veo. Toco fondo y todo se mueve como cual película fue recién diseñada.

Hago burbujas con el movimiento de mis pestañas. Abro y cierro mis ojos. Mi piel comienza a arrugarse. Y en mi mundo sub-acuático, puedo ver, sentir. Creer que soy yo la que está dentro de este cuerpo.

Una última bocanada, salgo de allí. Y todo es tan claro. Quiero limpiarme esta sed. Quiero aprender el orden de mis vértebras. Quiero soñar que estoy despierta. Y que sé todo.
O quizás sé que no hay forma de revertir los actos, eso está claro. Como las ausencias.
Todo se está yendo por las alcantarillas. Pero tengo mi nombre guardado. Y nado en la nada.
Y suspiro ese punto que se borra y desdibuja, como las sombras...

viernes, 30 de octubre de 2009


Cada persona es un mar.
El movimiento de sus aguas, se remite a sus pasiones.

miércoles, 21 de octubre de 2009

Noctámbula.




Disimula, párvulo errante.
Se caen las hojas de tu árbol seco
de otoños pendientes.
Se entreabre un canto que cuelga como
cortina de seda frágil.
Y el silbido me abraza.
Tengo la crudeza del vuelo,
y peco de ingenuidades.
Soy un rostro vacío
que simula muecas.
Soy un horizonte que
apetece de raíces.
Y si te pidiera una última sílaba,
sería inconexa.
Quiero todo.
Todo lo que no pretendas mostrar.





domingo, 18 de octubre de 2009

Interpretando




No fue tu tiempo lo que me encadiló
ni tu antojo de vientre,
ni tus quimeras ocultas.
Ni esa luz.
No fue tu gesticulación atorada,
ni tu interpretación retorcida.
Tampoco fue el vidrio en tu boca.
Ni la sensatez despiadada,
ni tus manos entrelazándose.
Fue más simple,
el mísmisimo hecho de que me encandilaras
cuando andaba distraída.







(tiempo después: no puedo conciliar con la distracción)






lunes, 12 de octubre de 2009



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Juega tu crepúsculo a las escondidas.
Comienza a mecerse entre cavernas de Mercurio. Sutil, inaudito.
Solapa, muerde, agota, la sublime estrechez de tus pálpitos.
Los ojos se me sueltan, en los edificios de los augurios.
Y caen los pasos como un trueno en el medio de un bosque.
Y se respira una niebla. Y se suspira una trampa.
Y en el quinto regreso hay aroma a viento.
Hay un misterio que se te sube a las pestañas.
Tu voz no dice nada, no hay palabras reales.
Tu piel me da miedo. Magnética y tenaz.
La piel es como un lienzo en el que mis dedos imitan al pincel,
te dibujo un símbolo celta
Y creo que hay terciopelo en tus dedos. Imagino el revés de esa textura.
Otra vez vuelve el aroma que se difumina en tu cuello y talla un recorrido que se eleva hasta tu boca
Es un tabú exorbitante, la ventana de mi agonía.
Y en tus brazos se escribe la palabra “peligro” y me gustan los desafíos.
Y comienzo a recorrerte. Mis pupilas se duermen.
Entonces te respiro en cada micrómetro.
Tu rostro se me aproxima, el mundo me da vueltas invertidas
Y una suave melodía penetra mis oídos.
Tu rostro y sus detalles, el camino a seguir de tu cuello a tu boca, las fragancias
Se te escapa una palabra y yo intento agarrarla, pero estás ahí, cada vez más cerca mío
Comienzo a fundir mis pensamientos con mis sentidos, y otra vez más cerca.
Y sueño, sueño que despierto, y que vuelvo a soñar.
Descubro tu crepúsculo. Mientras el mío se esconde en tus ojos.

martes, 6 de octubre de 2009

NO me llames.

Amor, no hace falta ya que me llames,
ni tu presencia, ni tu mirada, ni tu olor,
ni tu deseo.
No hace falta más escucharte,
con sólo haberte escuchado que estás vivo.
¿Estás vivo?
Sí. Lo sé. Pero no hace falta más tu tacto, ni tu imagen a trasluz,
ni tus sombras en el vestíbulo, ni tus suspiros agotados,
ni tus cuentos inconclusos, ni tu ternura de medianoche,
ni tus lágrimas que se deshidratan.
Ni tu música tenue, tan tenue que solamente tu voz a
lo lejos consuela como una llama recién prendida, pero a lo lejos.
Amo esa voz quebrada de hombre frágil,
amo esa mirada que comienza a enceguecer,
Esos oídos y ese enigma que nunca alcancé.
Amo no sé, amo lo que sé.
Pero ya no me llames porque no lo necesito.
No necesito tu voz que se apague, sino tus ojos cuando se encienden
Y puedo decirte, mirándote:
Cuánto te amo.





(Comenzó a modo de disparador siendo escrito por mi madre y por mí, ahora está transformándose en un monólogo)

jueves, 1 de octubre de 2009




Abrir un hueco
incinerarlo.
Jugar al escondite
y desmentirlo.
Cerrar los ojos,
ver claro.
Realizar la búsqueda
sin encuentros.
Partir,
quebrantable suelo.
Llegar,
fortaleza de cielo.
Estar,
estar es astuto.
Quedarse,
la permanencia es
valor.