martes, 8 de septiembre de 2009


Crédula gotea impurezas de savia, astilla al viento, habla del cielo. Cuando cree, nada es capaz de incomodar al viento, cuando cree no hay certezas. Entonces por qué habría de buscar bajo tierra un tesoro con las perlas de la lluvia que inventó el tiempo cuando descreía del espacio. Entonces por qué debería correr. Era crédula y tenía un jardín interno, tenía el cuarzo, y sabía hablar en silencio, también sabía amar sin florecer. Es que creía y eso era sabido. Lo que no se sabía, es que ella nunca creyó verlo llegar y por ello tuvo que dejarlo ir.



(Aún cree ser parte de un jardín)

2 comentarios:

Moonchild dijo...

Sos como la rosa del principito.
Invaluable.

d dijo...

hermoso el texto, hermosa la imagen.

no sé porque me llevan a marosa di giorgio. avez vous lu?