lunes, 21 de septiembre de 2009

Bocanadas de Terciopelo


Sé que no vas a llegar y no voy a jugar a la espera, de ventanas enfrentadas. Los días quedan apretados en un block de notas que se equipara a las ausencias y abstinencias de tu hablar y mirar perdido. Tu sombra proyectada sobre un espejo que poco refleja, tu reloj quieto y un sinsabor que me deja inmóvil.
Sé que no pensás en llegar y yo ya no pienso en esperarte. Pienso que no te pienso, que estoy relajada, y que las agujas no me van a doler, pero al pensarlo ya está quebrándose algo en mí.
Hay un silencio como un huracán envolviéndome. De repente comienzo a percibir sonidos que se asimilan a pasos, voces que suenan como suspiros, siento una caricia que me desarma la piel, moviéndose lentamente sobre todo mi cuello, los labios en mis oídos. Y he aquí todo tu silencio consumiéndome. Y me doy vuelta y te abrazo y me lleno de tu aroma en una larga respiración, mi cuerpo se moldea sobre el tuyo. Otra vez, te respiro y cierro los ojos y te imagino, quiero que quede todo intacto. Tus dedos hundiéndose en mi espalda, tu mejilla rozando la mía, mis manos perdiéndose en tu pelo, mis latidos, queriendo que tu pecho los perciban, y ese momento se hace infinito. Tu rostro se duerme y mis sueños se despiertan, se hacen terciopelo sobre mis manos. Y cuando abro mis ojos, tengo todos tus segundos y a la vez ya no me queda nada. Porque todavía no llegas a mí y te espero mientras te miro, te busco y te pongo un nombre y te doy una ciudad de origen y un idioma. Hasta que llegues y me muestres cuales son los reales datos que te hacen. Hasta que aprenda a no esperarte, sin ecos. Y pueda verte sin tener que mirarte.

1 comentario:

Moonchild dijo...

Bocanadas con sabor a humo y a cafe de madrugada...tus palabras suenan, muchas veces, a mi misma.