Yo creo que vos me entendés desde otro punto,
desde otro sitio,
otro cuerpo.
Desde otro sexo
y otros ojos.
Me comprendés como las hojas
que caen en otoño
luego de una temporada quietas.
Y lo más cruento, en este asunto
Es que yo también te entiendo,
desde otro duelo
y otra cama.
Desde una ventana abierta
y un paseo bajo la lluvia.
Desde el invierno a la primavera.
Te comprendo como cuando florecen
las palabras.
Y marchitan los silencios.
Pero aún...
aún no nos conocimos.
4 comentarios:
... y en realidad nunca nos conoceremos,
ni siquiera nosotros mismos.
Muy hermozo.
Si supiera, al menos, cuál de entre el millón trescientos y pico mil de los yoes que asoman en este momento, es el que te ha tratado ahora ¡nunca tendría que preguntarme si realmente te traté algún día! Tal vez sólo nos distinguimos, sin llegar a conocernos . . . ¡tal vez!
Muchas gracias por tu bello blog.
Un abrazote
excelente, la idea las has pulido y que bien la has expresado... la dualidad de la vida que se comparte
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