sábado, 12 de mayo de 2012


Enamorarse con pocas pulgas, con todos los centros descubiertos
A la hora precisa que los días abrazan. Cuando el miedo es feroz
y las voces se apagan en el crepúsculo.
Enamorarse con todas las puertas abiertas, cuando los pasos cesan.
Enamorarse sin saber más, ni cuándo, ni dónde.
Aventurarse en cada encuentro, sumergirse sin respiros.
Enamorarse, la palabra maldita
La que guarda los rencores, los difuntos.
Pero aún así, practicamos la muerte, el estado natural.
No se puede vivir sin morir varias veces, no en mí.
Y así es que muero, con mis puertas abiertas
Ya sin caminar. Y te espero.

3 comentarios:

Moonchild dijo...

Es tan agotador morir a cada rato.
Pero por el bien de la vida.
Muramos, esta y mil veces mas.

Anónimo dijo...

Uff. Hacía mucho tiempo que no encontraba a alguien que describa con palabras tan exactas el torbellino de emociones que siento en mi interior. Extraño leerte Emilie.

Anónimo dijo...

Creo que nos debemos un café. Si pensás lo mismo, avisame. Voy a estar en Buenos Aires hasta mañana a las 14 hs.