
Simétricamente, la luz cae en un sitio inerte
derrite la respiración cutánea en palabras sin sentido
en un borbotón
adecuadamente táctil de palabras
que lentamente se mutan en imágenes, que dormirán nuevamente
siendo palabras
y despertarán con los ojos vendados siendo imágenes.
Cíclicamente,
cuando la bruma está impaciente en el reloj,
todo se desintegra, hasta que aparece un rasgo que me lleva a mí:
otra vez.
[Todas las fotos y textos que aparecen aquí son de mi autoría,
son estados de ánimo y sensaciones inmersas en mi interior,
en especial, esas imágenes escritas que tanto revelan de mí. Y bien digo...]