viernes, 17 de julio de 2009

Mi corazón es un laúd suspendido...



...ni bien lo tocan resuena.




Tengo una resurrección recurrente,
muchas veces pensé en ponerle un nombre
(de esos que saben a remedio)


La luna caía en perlas,
desde un cuentagotas sostenido por mi mano.

También caían las noches que ya habían muerto.

Y yo quieta, parte del musgo, de párpados áureos,
de lengua vertiginosa, dueña del escaparate de mis silencios
con un fusil en mis entrañas, con la electricidad verbal
que no es
compasiva.
Yo, también suelo revivirme.


En tal caso comienza la estampa de tempestad, prudente con la sed

la desdicha, el agua del bebedero, el agua de mis palabras no dichas
el agua de tu agua.

Vacilante en la pradera, tengo raíces que me crecen.
Tengo engranajes estupefactos.
Tengo una resurrección recurrente.


Entonces tapo mis pupilas,
entonces me hablas,
entonces no me dejas parar al corazón.

Entonces.
Tengo ansias de morir.
Y que me despiertes sin armaduras
ni piedad.





3 comentarios:

@leftraruh dijo...

Despertemos
la creacion envestida
de vestidos rojos
esta cosida con manos
que son de colores
colores tenues
pero cercanos.

Despertemos
seamos fuerza
sed y valor
que las noches
que crepitan de espaldas
ya murieron y estan enterradas.

*
yo a vos
y no te imaginas cuanto.

soy tu agua,
lavo y mojo lo malo.

Vergónides de Coock dijo...

"Resurrección recurrente", bien ahí; me gustó ese binomio. Suerte.

Doritos Ad Challenge dijo...

pasando para saludarte e invitarte a que veas lo que tengo mi blog