sábado, 1 de agosto de 2009


Y hubo un día en que la Tierra decidió parar.
(Y todo se había grabado en los parches que componían
un surco hecho cuerpo)







A fin de cuentas:
Me resta la resurrección.

2 comentarios:

@leftraruh dijo...

La intensidad que nos desvela
y develará para desvelar.

De tus galaxias y constelaciones
quiero ser astrónomo.

La calma despierta
cuando es necesario parar,
claman silencio las extremidades. (no las mias)


a vos, yo entero.

Juan A. Fontana dijo...

Rafagas de equinoccio invaden ya los ultimos rincones de mi cuarto....de mi mente
Mi corazon entrega ya los últimos ecos de su mas pretendida pieza..., ellos...ellos ya se pierden tras el estruendo inagotable del silencio.
Mi voluntad ahora se quierbra en aquel indómito dezcanzo ..el mismo me encuentra pérfido, acompañado de esta corporización polvorienta de las tragicas hazañas del ser, en el mismo momento en que estas tres gotas de café...(o seran dos?) marcan fugaces sus leales notas de luz.....